23/2/12

23 de febrero, Día del libro y la cultura andaluza

23 de febrero, Día del libro y la cultura andaluza

En 1502, diez años después de la caída de Granada, en la plaza de Bib Rambla, el cardenal Cisneros ordenó la quema pública de miles de libros andalusíes. Este acto no sólo constituía un incumplimiento de las Capitulaciones, señalaba la intencionalidad de los conquistadores. Aquel imperialismo castellano, antecesor del español, no pretendía limitarse en Andalucía a la ocupación, la apropiación de riquezas y la explotación de sus habitantes. El objetivo no era la mera colonización, sino suplir sus carencias de población y recursos mediante la castellanización forzosa. Andalucía dejaba de existir y todo sería Castilla. Seríamos la base sobre la que las élites dominantes castellanas construirían su poder. “Ancha es Castilla por Andalucía”. Por ello, no bastaba el control del territorio y sus gentes, debían acabar con toda seña de identidad e inocular una mentalidad de servidumbre, con el terror de estado y el condicionamiento colectivo.

Aquel día quedaron carbonizados miles de ejemplares con toda índole de contenidos.  Obras no sólo religiosas, también filosóficas, literarias, científicas, históricas, etc. Su misma variedad demuestra que la causa religiosa sólo era un pretexto justificador. Se quería acabar con la memoria escrita de nuestro pueblo, como medio para obtener su sumisión perenne. Por ello, y más allá de su valor intrínseco o del signo de intolerancia que conlleva, la destrucción de aquellos textos simboliza un ataque a nuestra cultura y marca el inicio del genocidio global, físico e identitario, sufrido. Durante siglos, cientos de miles de andaluces serían torturados, asesinados o llevados al exilio, por resistirse a la ocupación, el expolio y a la aculturización. Por negarse a rendirse y dejarse esclavizar. A dejar de ser y vivir como lo hacían los andaluces de la época.

Pero la persecución identitaria no constituye exclusivamente un hecho del pasado, ha permanecido hasta hoy. Se la ve cotidianamente, soterrada o explícitamente, en esas aulas de supuesta enseñanza en las que nuestra historia es ocultada y tergiversada, en las que nuestras señas de identidad son ignoradas aunque no por ello dejan de ser utilizadas por el Pueblo Trabajador Andaluz con inconsciente tozudez. En los llamados medios de comunicación, esos en los que nuestras formas de ser y hacer son menospreciadas y nuestra rasgos lingüísticos son ridiculizados, a pesar de lo cual los siguen utilizando de forma inconsciente nuestro pueblo, afirmándose así como tal. En esos ambientes intelectuales donde todo aquello que nos singulariza es minusvalorado o excluido, imponiéndose estándares uniformadores europeizantes y españolizadores.

Por eso hoy, en el día del libro y la cultura andaluza, hacemos un llamamiento a aunar fuerzas y esfuerzos, también en los aspectos culturales y del conocimiento. A impulsar las facetas pedagógicas de la lucha, esas a la que Blas Infante daba tanta importancia, consciente de la necesidad de contrarrestar la ignorancia y la alienación en la que España y el Capital mantienen al Pueblo Trabajador Andaluz, como herramientas para el control político y la explotación económica. A traducir las resistencias pasivas e individualizadas en ejercicios de resistencia conscientes, colectivas y organizadas. La batalla por la difusión, reivindicación y defensa de todo lo andaluz forma parte esencial de la lucha integral de liberación. De la brega general por la descolonización, contra la opresión nacional y la esclavitud social andaluza. La dependencia política y económica también es cultural, y a las tres se las combate con independencia y socialismo.
¡Por una identidad andaluza para un Pueblo Trabajador Andaluz libre!

¡Por la independencia y el socialismo para Andalucía!

Nación Andaluza - Comisión Permanente